El 31 de octubre de 2024, la casa de remates Sotheby’s realizará una subasta online en la que se presentará una obra muy especial: «Dios de la IA», un retrato del matemático Alan Turing, creado por Ada, la primera artista robot humanoide realista en exponer en una subasta de este nivel. Este evento marca un hito en la intersección entre el arte y la tecnología, destacando cómo los algoritmos y la inteligencia artificial (IA) están comenzando a jugar un papel crucial en la creación artística, planteando importantes preguntas sobre el futuro del arte y la humanidad.

La pintura, titulada provocadoramente «Dios de la IA», no solo representa un rostro desestructurado con tonos oscuros, evocando los temores que Alan Turing tenía sobre el futuro de la tecnología y su impacto en la sociedad, sino que también invita a la reflexión sobre el papel cada vez más significativo de la inteligencia artificial en la toma de decisiones en diversas áreas de la vida humana. Esta obra, de 2,2 metros de alto, está valorada entre 130.000 y 196.000 dólares, una cifra que refleja el interés global por el arte generado por máquinas y el papel de las nuevas tecnologías en el mundo del arte.

Ada, creada en 2019, es uno de los robots más avanzados del mundo, y su creación artística ya ha sido presentada en exposiciones de renombre, como la Bienal de Venecia, el Museo del Diseño de Londres y las pirámides de Giza. Además, en 2022, Ada dio un discurso ante la Cámara de los Lores en el Reino Unido, lo que reafirma su papel no solo como creadora, sino también como portavoz de las implicaciones éticas y sociales de la inteligencia artificial. La obra también ha sido exhibida en las Naciones Unidas, lo que refuerza el objetivo de Ada de fomentar el debate sobre el uso de la IA para el bien y su relación con los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.

Conclusión

La subasta de la obra de Ada marca un punto de inflexión en la relación entre el arte y la tecnología. El hecho de que una inteligencia artificial como Ada pueda crear obras de arte reconocidas en los principales foros internacionales nos lleva a cuestionar el papel del ser humano en la creación artística y en otros aspectos de la vida, ya que cada vez más, los algoritmos y las IA participan en la toma de decisiones. La pintura «Dios de la IA», al evocar los temores de Alan Turing sobre el uso de la tecnología, resalta las preocupaciones contemporáneas sobre un futuro en el que la humanidad podría dejar de tener el control total sobre sus propios destinos, entrando en un mundo «post-humano». Esta subasta es más que una venta de arte: es una reflexión sobre el futuro que ya está aquí.