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La ingle del Hombre de Vitruvio de Da Vinci podría resolver un misterio de medio siglo de antigüedad

En su diseño Da Vinci pudo haberse basado en una relación matemática que fue establecida formalmente por la ciencia moderna solo en el siglo XIX.
Redacción HuffPost

Leonardo da Vinci dibujó en 1490 una de las imágenes más icónicas de todos los tiempos: el Hombre de Vitruvio. Desde entonces, más de 500 años después, nadie ha podido resolver el misterio de por qué eligió proporciones tan específicas para sus brazos y piernas. Ahora, un odontólogo ha dado un paso clave.
Rory Mac Sweeney, investigador del Trinity College de Dublín, ha descubierto un detalle previamente oculto en la ingle del Hombre de Vitruvio: un triángulo equilátero que podría explicar una de las obras más escrutadas y, al mismo tiempo, más crípticas de la historia del arte.
Según su estudio publicado en el Journal of Mathematics and the Arts, para diseñar el cuerpo humano perfecto, Da Vinci pudo haberse basado en una relación matemática que fue establecida formalmente por la ciencia moderna solo en el siglo XIX, según se ha hecho eco el medio Wired Italia.
El Hombre de Vitruvio, según ha recordado el medio italiano, se inspira en parte en los escritos del arquitecto romano Vitruvio, quien argumentaba que el cuerpo humano perfecto debía estar comprendido entre un círculo y un cuadrado. En su dibujo, Da Vinci utilizó el cuadrado para contener con precisión una postura en forma de cruz, con los brazos extendidos y las piernas juntas, mientras que el círculo para encerrar una postura con los brazos levantados y las piernas abiertas.
Según la teoría más popular, Da Vinci eligió las proporciones del Hombre de Vitruvio basándose en la llamada teoría de la sección áurea. Sin embargo, las medidas no coinciden del todo. Y es precisamente en las notas del famoso matemático donde, según Mac Sweeney, se encuentra la solución a este misterio geométrico.
«Si abres las piernas… y levantas las manos lo suficiente como para que los dedos extendidos toquen la parte superior de la cabeza… el espacio entre las piernas será un triángulo equilátero», escribió Da Vinci .
El autor del nuevo estudio descubrió que la distancia entre los pies de un hombre y la altura de su ombligo arrojaba una razón de aproximadamente 1,64 a 1,65. Este valor es muy cercano a la razón tetraédrica de 1,633, una relación matemática establecida oficialmente en 1917 y utilizada para determinar la organización espacial óptima.

Si, por ejemplo, se conectan cuatro esferas lo más estrechamente posible en una pirámide la razón entre su altura y base con respecto a sus respectivos centros será de 1,633. Además, en odontología, el triángulo de Bonwill determina la posición óptima para la función mandibular, y su razón es, nuevamente, 1,633. Si la razón tetraédrica se repite en todo el cuerpo, se debe a que «la anatomía humana ha evolucionado según principios geométricos que rigen la organización espacial óptima en todo el universo», especificó el experto.