Arte Mundial

Fuente: culturainquieta.com
Por Walter Ego

Esculpir

Probablemente, sea de las disciplinas artísticas más difíciles de llevar a cabo y que más talento requieren, es por eso que cuando se ejecuta con maestría, la belleza puede ser arrebatadora.

En una escultura hecha de manera virtuosa se suelen aunar unas formas con unos sentimientos que producen nos hacen entender perfectamente el concepto de sublime. Con el objetivo de que sufras un Síndrome de Stendhal total, hemos querido recopilar en este contenido diez de esas esculturas que consideramos de las más bellas de la historia.

 

El rapto de Perséfone

Uno de los mitos más conocidos es el rapto de Proserpina o Perséfone. Durante el Barroco, el escultor Gian Lorenzo Bernini le dio forma entre 1621 y 1622. Es una de las esculturas más famosas del mundo, y representa el momento del rapto de Perséfone cuando Hades se la lleva para hacerla su esposa.

El beso

El gobierno francés le pidió a Rodin en 1888 que ejecutara una primera versión en mármol de El beso, una obra que el artista ya había creado con anterioridad en pequeño tamaño y en bronce, terracota y yeso. Concluida en 1898, ha quedado en la memoria de todo el que la ha visto por el momento de pasión que Rodin estampó.

La Virgen del velo

Aunque no es una de las esculturas más famosas, es sin duda una de las más hermosas. Su particularidad se encuentra en la sutileza perfecta del velo cubriendo el rostro de la Virgen. No se sabe cuándo fue creada, sólo se conoce que fue esculpida por Strazza y que es una de las piezas más hermosas y delicadas del mundo por su impresionante tallado.

Apolo y Dafne

De nuevo Bernini, en esta ocasión dando forma al mito de Apolo y Dafne en una escultura realizada entre los años 1622 y 1625. Cuando Apolo se rio de la habilidad de Eros con las flechas, éste le lanzó una para que quedara enamorado de Dafne y a ella otra para que repudiara a Apolo. El escultor captura el momento en que Dafne es convertida en un árbol de laurel por su padre para librarla de la obsesión que Apolo.

El Moisés

Algunas de las esculturas más famosas de la historia fueron hechas en el Renacimiento y salieron de las manos de ese genio inigualable que fue Miguel Ángel. El Moisés, titánico y espectacular se encuentra en la iglesia menor de San Pietro in Vincoli y es de obligado visionado si vas a Roma.

El Laocoonte y sus hijos

Esta escultura griega de 1506 impresionó al mismísimo Miguel Ángel que fue uno de los primeros en verificar que el Laocoonte era original. La escultura representa a Laocoonte, siendo castigado por Apolo. Cuando Laocoonte intentó prevenir a los troyanos de lo que escondía el caballo de Troya, unas serpientes marinas llegaron para detenerlo, asesinándolo a él y a sus hijos.

El David

El David es una escultura de mármol blanco de 5,17 metros​ de altura y 5572 kilogramos de peso. Realizada por Miguel Ángel entre 1501 y 1504, la escultura representa al rey David bíblico en el momento previo a enfrentarse con Goliat. Actualmente se encuentra expuesta en la Galería de la Academia de Florencia, aunque hasta 1873 estuvo ubicada en la plaza de la Señoría de la capital toscana.

La victoria alada de Samotracia

Expuesta en el Louvre como una de sus piezas más icónicas, la Victoria de Samotracia se data del siglo II a.C y se cree que fue hecha por la Escuela de Rodas. Sus alas impresionantemente talladas y su sutil postura sólo quedan relegadas a un segundo plano cuando nos fijamos en la maestría con la que están hechos los ropajes que se adhieren al cuerpo dejando traslucir la anatomía.

Psique reanimada por el beso del amor

Psique reanimada por el beso del amor

Más conocida como El amor de Psique, esta es otra de las bonitas esculturas que encontrarás en el Louvre. La obra fue elaborada en 1787 por el escultor italiano Antonio Canova. La escultura representa la historia de Cupido y Psique cuando este, encargado de hacer que ella se enamore de otro hombre, se enamoró de ella. Es una de las esculturas más emblemáticas del neoclasicismo italiano.

La Piedad

Como no podía ser de otra manera, cerramos la selección de nuevo con Miguel Ángel. La Piedad del Vaticano no es sola bella en sus formas, sino también en su composición triangular y en sus milagrosas desproporciones. Realizada entre 1498 y 1499 esta obra refleja a María (ligeramente más grande que su hijo Jesús) con un rostro bondadoso y sereno, cargando a su hijo muerto.

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